Algunos miembros del equipo de Alter-acción hemos participado en el curso de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo y el Seminario Gallego de Educación para la Paz: “Nueva Ciudadanía Global y los movimientos sociales: ecologismo, pacifismo y feminismo”, que se ha celebrado este pasado fin de semana en A Coruña.
Dentro del marco de la Década Internacional para la Cultura de Paz (2001-2010) proclamada por las Naciones Unidas, y que en España se ha concretado, entre otras formas, a través de la Ley de fomento de la educación y la cultura de la paz (Ley 27/2005 de 30 de noviembre) para muchos desconocida, se encuentran numerosas iniciativas que promueven la opción decidida por la paz en todos los contextos de convivencia. Se trata de una paz construida en positivo, no como negación del conflicto o la guerra, sino como una forma de afrontar la convivencia plural en libertad, haciendo prevalecer valores, comportamientos, actitudes, sentimientos y creencias que conforman la paz.
No hablamos de entender la ausencia de conflicto violento como una situación pacífica. La construcción de la paz no puede ser posible sobre situaciones de dominio, de sometimiento o de desigualdad, que suponen en realidad escenarios de violencia estructural a la que se ven sometidas millones de personas en todo el mundo.
Para romper esta situación es necesaria la implicación de numerosos organismos, instituciones, gobiernos y representantes de toda índole. Pero para lograr este objetivo común, es necesario, en primer lugar, iniciar el proceso de paz en el interior de cada individuo. La carta constitutiva de la UNESCO lo pone de manifiesto: “en la mente de los hombres donde nacen las guerras es la mente donde debemos exhibir la paz…”.
Dentro del marco de la Década Internacional para la Cultura de Paz (2001-2010) proclamada por las Naciones Unidas, y que en España se ha concretado, entre otras formas, a través de la Ley de fomento de la educación y la cultura de la paz (Ley 27/2005 de 30 de noviembre) para muchos desconocida, se encuentran numerosas iniciativas que promueven la opción decidida por la paz en todos los contextos de convivencia. Se trata de una paz construida en positivo, no como negación del conflicto o la guerra, sino como una forma de afrontar la convivencia plural en libertad, haciendo prevalecer valores, comportamientos, actitudes, sentimientos y creencias que conforman la paz.
No hablamos de entender la ausencia de conflicto violento como una situación pacífica. La construcción de la paz no puede ser posible sobre situaciones de dominio, de sometimiento o de desigualdad, que suponen en realidad escenarios de violencia estructural a la que se ven sometidas millones de personas en todo el mundo.
Para romper esta situación es necesaria la implicación de numerosos organismos, instituciones, gobiernos y representantes de toda índole. Pero para lograr este objetivo común, es necesario, en primer lugar, iniciar el proceso de paz en el interior de cada individuo. La carta constitutiva de la UNESCO lo pone de manifiesto: “en la mente de los hombres donde nacen las guerras es la mente donde debemos exhibir la paz…”.